¿Qué fue de… APS?


Actualizando tras otro puente, un poco extraño, y debido a la típica charla con un familiar que me preguntaba el clásico ‘ahora con el digital ya hace fotos cualquiera ¿No?’, me planteo una serie de cuestiones que es interesante debatir.

Parece que hemos olvidado los precedentes del digital, o que sólo recordamos la película de 35mm (los más entendidos recuerdan también el 120, aunque alguno sigue diciendo erróneamente ‘120mm’), pero nadie recuerda otros pasos. Esto puede ser debido a que algunos de estos formatos eran de uso estrictamente aficionado o casual, como el 110 o el 126, donde además la gama era escueta, de emulsiones de segunda fila y marcas de dudosa reputación.

Sin embargo, el último ‘nuevo’ formato, es sin duda uno de los más relegados al olvido, aunque no debería ser así , y no sólo por ser la más reciente de las películas, sino por ser además la mayor innovación en los soportes fotoquímicos: hablo de la película APS.

¿Qué es la película APS?

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APS, son las siglas de Advanced Photo System, un formato, o mejor dicho, ‘sistema’, como bien rezan sus siglas, diferente al paso universal. Fue presentado en 1996, cuando Disney ya utilizaba ordenadores en sus películas (si digo que han pasado 20 años me sale el tiro por la culata, de este modo parece que no fue hace tanto), y fueron las firmas abanderabas sus mayores anunciantes, Fuji, Nikon (por aquella época ya colaboradores entre ambos dos), Canon, Minolta (actual Sony), y por supuesto, Kodak. Era una película ligeramente más pequeña que el 35mm, aquí empezamos a escuchar el término ‘factor de recorte’ ya que al tratarse de una película más pequeña, la sensación al mirar por el visor es que nuestros objetivos tienen una focal ligeramente más larga, la emulsión era una fórmula mejorada y más estable y su conservación mucho más duradera. Y es que el APS traía unas innovaciones de aúpa:

1 – La película que no veía la luz del sol.

El chasis inteligente de la película APS era también el mejor estuche para su conservación, con polímeros térmicos y a prueba de polvo y humedad. Antes de extraer el carrete, éste se rebobinaba por completo y quedaba almacenado en el interior. En caso de querer nuevas copias, la película salía dentro de la máquina MiniLAB de positivado, pero no en otro lado. Gracias a unos escáneres especiales con una matriz electrónica podíamos digitalizar nuestra película a una muy buena resolución.

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2 – El chasis que se amoldaba a las necesidades del fotógrafo.

Ahora es muy común variar modos de color entre cada toma, pasar del modo ‘Paisaje’ o ‘Vívido’ a un modo monocromático para hacer blanco y negro. Pues bien, hubo un tiempo en que para eso… Necesitabas dos cámaras o dejar un carrete a medias. Esta fue siempre uno de los inconvenientes de la fotografía química, nuestro formato inteligente nos permitía extraer un chasis a medio disparar e introducir otro completamente diferente, nuevo o usado, de otra ISO, equilibrado para otra temperatura de color, de color o blanco y negro, y la cámara reconoce automáticamente el último fotograma expuesto y avanza la película hasta la siguiente foto ‘virgen’. En la parte inferior del chasis aparecen cuatro pictogramas indicando el estado actual del carrete, un círculo (carrete virgen), un semicírculo (carrete comenzado), una cruz (carrete terminado, sin revelar) y un cuadrado (carrete expuesto y revelado), haciendo fácil identificar cada película.

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3 – Los nuevos aspectos.

Por si las anteriores ventajas no fueran suficientes, además se permitía disparar en tres modos diferentes en cuanto a la relación de aspecto. Quizás es el momento de decir que el tamaño de la película es de 30,2mm x 16,7mm, estas medidas nos dan un aspecto de 16:9, llamado ‘H’ de ‘High’, pero podemos disparar en un formato de aspecto clásico de 2:3 llamado de hecho ‘C’ de ‘Classic’, con lo cual aprovechamos unas medidas de 25,1mm x 16,7mm. Por último, el más atractivo es el modo ‘P’, de ‘Panoramic’, de 30,2mm x 9,5mm que nos da larelación 3:1. Todo ello sin cambiar de cámara y con el mismo objetivo, ¿El truco? Fácil, no se trata de que la fotografía ocupe más o menos parte del rollo, sino que siempre se expone en su totalidad (el modo ‘H’), pero hace una marca digital al fotograma para advertir de que esa es una copia que tiene que ir a un tamaño diferente. Podíamos tener copias del clásico 10x15cm, de 10x18cm aproximadamente y de unos 31x10cm. Con las fotos en el modo ‘C’ apenas se nota diferencia con el 35mm, un poco más de grano quizás, al tratarse de una ampliación de un formato más pequeño al mismo tamaño de papel. Con el ‘H’ y especialmente con el ‘P’, esto se incrementa exponencialmente, pudiendo obtener unas copias con un color un tanto raro y un grano poco atractivo. En cualquier caso, merece la pena juguetear con estos modos.

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Este formato, el más avanzado en la película química, nació herido de muerte, ya que la era digital se estaba gestando con esos sensores CCD de apenas 1’3MP, sin embargo se construyeron grandes cámaras dirigidas a varios segmentos (casi nada al profesional) como las famosas Canon IXUS, que aún hoy siguen siendo la gama alta de las compactas de la firma nipona, así como una gama de EOS réflex con montura EF llamada IX. Otros cachivaches como escáneres de película APS pasarán al rincón del olvido, cada vez más frecuente en un mundo en el que un smartphone se queda obsoleto en cuestión de meses, sin embargo, una baza póstuma del APS es que su nomenclatura sigue muy presente hoy en día. Todos conocemos las diferencias entre sensores de formato completo, los famosos Full Frame, y los sensores más pequeños, llamados APS-C. ¿No os habíais preguntado de dónde venían esas siglas?


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Pues paraos a pensar en ello, y observaréis que el sensor APS-C tiene un tamaño similar a falta de uno o dos milímetros (antes fabricar sensores no era tan sencillo) al formato ‘C’, Classic, que nos ofrece el APS (la película quedaba en 25,1×16,7mm y el sensor de unos 22,3x15mm en Canon y unos 23,7×15,7mm enNikon). Para terminar de convenceros de esta similitud en la nomenclatura, os recuerdo que Canon sacó para sus Canon 1D, una gama alta de sensores llamada APS-H (de 27,9×18,6mm bastante parecida a aquellos 30,2×16,7mm, pero con una relación de aspecto de 3:2)

Aún hoy, y a pesar de que Kodak dejó de fabricar su APS hace un poco más de 10 años, podemos encontrar película en alguna tienda especializada o en el bendito Internet, así como cámaras de este sistema a precios casi ridículos.

Eso sí, sólo apto para frikis, nostálgicos o como en mi caso, ambas cosas.


2 respuestas a “¿Qué fue de… APS?

    1. Hola Marisol, en primer lugar, disculpa, mi respuesta llega exagerádamente tarde, tuve problemas con las notificaciones de la web.

      El APS aún se revela en casi cualquier laboratorio fotográfico barato tipo Fotoprix, pero si no tienes uno cerca, en Madrid hay un laboratorio al que puedes enviar película vía postal llamado Interphoto.

      ¡Espero que te sirva de ayuda aunque sea tan tarde!

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