Fotografiar relámpagos


Con la finalización del verano, comienzan las tormentas y las lluvias de otoño, y claro, después del calorcito, la piscina, la playa, y en definitiva, el sol, el mal tiempo que se nos echa encima nos puede deprimir un poco.

Sin embargo, con la llegada del mal tiempo no todo tiene por qué ser malo. Y es que no hay nada como una buena tormenta eléctrica para que disparemos unas alucinantes fotografías de relámpagos.

foto 1

Seguramente hayas visto alguna vez alguna fotografía así, y te hayas preguntado cómo ha sido posible su realización. Bien, el misterio es más bien pequeño, y verás que el parecido con la fotografía nocturna de la que hemos hablado alguna vez aquí es más que evidente.

¿Qué necesitamos?

Bueno, la lista de material es sencilla, y aunque no lo enumeremos más abajo, lo más imprescindible es UNA TORMENTA. Obvio, ¿No?

  • Cámara de fotos y objetivo con posibilidad de enfoque manual, preferible un gran angular
  • Trípode (es recomendable llevar algún peso para enganchar en la parte inferior del trípode, suele haber un ganchito, por si hay mucho viento)
  • Bolsas de plástico
  • Gamuza o trapo de algodón

¿Cómo lo hacemos?

Colocamos la cámara en el trípode y componemos la imagen normalmente. Cuando nos aseguremos de que ha enfocado ponemos el autofoco en manual, para que no se mueva. Tenemos que enfocar lejos, al infinito, aunque como cerraremos el diafragma a f8 o f11aproximadamente, con que enfoquemos a unos 20 metros valdrá y de ahí en adelante estaremos dentro de foco. Conviene usar ISOs no demasiado altas, 400 puede estar bien, recordad que se trata de iluminar decentemente a lo largo de hasta 10 segundos, no de hacer que sea de día de repente, y no aumentar demasiado la sensibilidad nos permite esas exposiciones largas. Muy importante desactivar la reducción de ruido de la cámara si es que la tenéis activada, de lo contrario, al terminar una exposición de 6 segundos, se quedará otros 6 restando ruido y en ese tiempo no podremos disparar, ¡Podríamos perdernos algún rayo!

Al usar un gran angular, nos aseguramos una mayor probabilidad de que algún rayo entre en nuestra composición, ya que hay más campo encuadrado.

Si la tormenta viene acompañada de lluvia, podemos hacer un agujero a la bolsa, por donde saldrá la parte delantera de la lente, y cubrir la cámara bien para evitar que se moje. Un truco clásico, si nuestro objetivo tiene parasol, es montarlo pillando un poco la bolsa, para evitar que ésta se nos vaya adelante o atrás.

El momento del disparo. No se trata de acertar a disparar justo cuando caiga un relámpago, ya que eso es imposible, duran apenas un 1/500 de segundo en el cielo, lo que haremos será dejar la cámara exponiendo unos 6 segundos si hay algo de luz o 10 segundos a lo sumo si tenemos bastante oscuridad. Lo mejor es que hagáis un disparo de prueba con el tiempo que consideréis oportuno, y veáis cómo queda de exposición aproximadamente la escena, que no esté ni muy quemada ni muy empastada, ya que los relámpagos modificarán bastante la luz. Esto lo corregiremos en el procesado del RAW sin mayor problema.

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Ahora se trata de que disparemos esas tandas de exposición y cuando termine de hacer esos 6 ó 10 segundos, volvemos a disparar. Así una y otra vez. Cada vez que un rayo aparezca en el cielo, quedará definido en la imagen, y si en el intervalo de tiempo, caen varios, ¡Pues mejor! Si queréis poneros en plan Discovery Max, podéis pensar que habéis salido a ‘cazar relámpagos’, eso suena guay, ¿No?

foto 3

También es importante elegir el sitio, no es lo mismo una terraza desde la que te puedes resguardar rápidamente que salir al campo, ya que si llueve demasiado, no habrá bolsa de la compra que os libre de una buena empapada. Y no sería mala idea llevar una gamuza de algodón para secar el objetivo de posibles gotas de lluvia de vez en cuando.

Cuando volquéis las fotos, es importante que cribéis las imágenes para eliminar en las que no hay rayos, y os centréis sólo en el revelado de las buenas. Dependiendo de la tormenta, conseguiréis una de cada diez con relámpago si es una tormenta suave, o una de cada cinco si es un buen tormentón.

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Y si se pone la cosa fea, no os arriesguéis ¡Recordad lo que le pasó a Benjamin Franklin!

Como decía el bueno del Capitán Haddock

¡RAYOS Y CENTELLAS!


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