Fotografía callejera


Como de costumbre, cuando acuñamos y empezamos a usar un término inglés para referirnos a algo, de repente parece una novedad, una nueva corriente. Eso pasa por ejemplo con los ‘freelancers’ o el ‘packaging’, pero claro, mola más decir eso que ‘autónomos’ o ‘envases’. Probablemente hayáis escuchado el término ‘street photography’, y está bien, aunque yo os invito a usar uno mucho más macarra y que tiene pegada, y que de hecho es el que se ha utilizado siempre: la fotografía callejera.

Orduña

Desde que existe la fotografía compacta existe la fotografía callejera, y no es casualidad, ya que una de las cosas a tener en cuenta es la discreción. Pasar desapercibido sin influir en el entorno es lo que nos permite registrar ciertos momentos, ciertas acciones y comportamientos, que en otras circunstancias no harían que reparásemos en ellas.

Hace unos meses entrevistamos a Luis Baylón, quien nos dio unos consejos y unas nociones sobre cómo vive él la fotografía en la calle, si no la leísteis en su momento, deberíais echarle un ojo. De momento aquí os van algunos consejos –o si preferís el término inglés, algunos ‘tips’– a tener en cuenta para lanzaros a las calles:

1 – Discrección

Como decíamos, pasar desapercibido es algo muy a tener en cuenta, pero muy complicado si vas con un equipo pesado. A veces, yo mismo haciendo fotos en la calle, me encuentro con que cada vez que me llevo la cámara a la cara, de pronto toda la escena cambia. Los personajes te miran como si les fueras a disparar, algunos de repente posan, otros se enfadan, y en cualquier caso, ese instante que querías capturar, ha volado. Esto ha ocurrido porque tú eres el protagonista y de alguna manera has violentado el entorno.

Tesaloniki - Grecia

Quédate al margen que nadie repare en ti, muévete ligero, no como si estuvieras haciendo un reportaje de National Geographic, haz fotos de una en una, nada de ráfagas, y al final ni si quiera sabrán que disparaste.

2 – Prepárate

Mide la luz antes de empezar a pasear para que no tengas que estar pendiente del fotómetro, más que para corregir si de pronto se nubla, o entras en un edificio y la luz cambia. Disparando en RAW sabes que puedes corregir la exposición a posteriori como si fuera película, así que no te vuelvas loco con eso. Intenta dar prioridad a usar tiempo cortos, porque nunca sabes lo que va a durar una acción o cómo se van a mover sus protagonistas, y es mejor no llevarse un disgusto si ves cosas movidas en la imagen que querías congeladas.

Water for everybody

En función de la luz y la apertura de tu objetivo tendrás que amoldarte, pero los tiempos ideales serían entre 1/250s y 1/500s, ya que con ellos tendrías un alto porcentaje de situaciones resueltas.

3 – Cámaras

Quizás en otros aspectos de la vida no, pero aquí, cuanto más compacta y rápida mejor. Olvídate de llevar una réflex de formato completo con su empuñadura y su objetivo de 500gr, y descubre el maravilloso mundo de las cámaras si espejo, ligeras, con pantallas retráctiles y ópticas mucho más contenidas que no sacrifican ni un ápice la calidad de las imágenes.

Txakolí

Estos equipos además, son muy vistosos, y en ocasiones parecen cámaras ochenteras, como las Olympus E-M10, E-M5 y E-M1. Si usáis cámaras con película directamente, aún más, ya que la fobia de la gente parece ser simplemente hacia las cámaras réflex negras como cucarachas.

4 – Punto de vista

Si al final decides ser discreto, una buena forma de comenzar es disparar desde la cintura como si usases una cámara TRL, pero sin el visor superior. Disparar a ciegas va en detrimento de la composición, sí, pero las imágenes tendrán cierta fuerza que la propia espontaneidad le habrá aportado, incluso pueden aparecer movidas o fuera de foco y seguir teniendo potencia.

Blaye

Al poco tiempo incluso podrás disparar sin mirar sabiendo qué es lo que compones, pero de nuevo, otra ventaja de usar una mirrorless es que tenga pantalla retráctil y puedas disponer del visor desde la cintura.

5 – Interactuar

Hemos hablado todo el rato de ser discreto, pero en realidad tenéis otra opción igualmente lícita, que suele costar algo más, pero de resultados igualmente buenos: echarle morro.

Si sois de trato afable y tenéis facilidad para entablar conversación, podréis llevaros a vuestro terreno a mucha gente por las calles, y no sólo para conseguir buenas imágenes, sino para daros a conocer de primera persona. Hay quien no querrá aparecer en las fotos y posiblemente perderéis algunas buenas capturas por haber pedido permiso, pero los que sí se dejen transmitirán otro diálogo al espectador. Lo bueno de la calle es que es un plató gigante e infinito, lleno de texturas de paredes, carteles arrancados, cierres de negocios, grafitis y un largo etcétera.

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Espero que el simple hecho de leer sobre fotografía callejera os invite a investigar a grandes fotógrafos y fotógrafas de esta disciplina, y que os entren ganas de salir a pasear con vuestra cámara, así que, ¡Nos vemos en las calles!


4 respuestas a “Fotografía callejera

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